No hay nada más segura en esta vida que la muerte. Por ello muchas personas siente verdadero pavor en pensar en el fin de sus vidas, quizás esta angustia ha hecho que sea el pilar de las religiones del mundo, para de una forma u otra, darnos paz en el fondo de nuestros corazones.
Aunque nuestra naturaleza humana, nos hace sobrevivir, y que nos agarremos a la vida, muchas otras personas magnifican el concepto de la muerte, de nuestra finitud, que llegan a tener verdadero terror sobre la muerte, incluso llegando a entorpecer su día a día.
El miedo a la muerte, es sano, en su justa medida. Sino seriamos temerarios o mucho peor estúpidos en nuestro comportamiento. Saber que somos mortales nos hace evitar que nos expongamos a situaciones peligrosas, e incluso, en cierto modo no da el sentido de la vida, el hecho que se acabe, también nos condiciona a experimentar, viajar, valorar, luchar…
Pero cuando este miedo crece desmesuradamente y sin lógica, sus tentáculos pueden atraparte con otros miedos: la nada, el sufrimiento, la oscuridad, lo desconocido, los cementerios…
Por ello, hay dos claves para no dar pie a que esto ocurra:
Poner en foco de atención en la vida
No permitas que la muerte esté presente en tu conciencia y pensamiento, piensa siempre en lo opuesto y actúa, disfruta del momento, de tu comida favorita, de la compañía, de una película, de tu mascota… Alégrate por poder vivir la vida, y no temas y pienses en la muerte, pues como dice una dicho popular:
“La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos.”
Acepta la idea
La muerte es irremediable, no podemos cambiar ese destino. Pero si el camino. Se pueden llegar a la muerte de muchas formas, haz que tu vida sea lo mejor posible, siembra cada día amor, paz, fraternidad, cuídate y cuida a los demás, personas, animales, atiende a las causas sociales…
Fuensol | Servicio de funeraria en Marbella